Archivo de la categoría ‘Senderismo’
Aras- Remto Benito
Queridos amigos:
Este finde pasado estuve en Aras de los Olmos. Me alojé en la Casa
Rural (por si os apetece ir, se trata de apartamentos individuales con
tele, cocina , microondas, nevera, dos habitaciones, baño con ducha y
calefacción central). Me salió por 45 euros las dos noches que pasé
allí. Venía muy cansado de la ciudad; necesitaba desconectar, y ver
bosque.
El sábado me levanté, compré algo de comida y me fui a patear. La idea
que llevaba era andar unos cuatro kilómetros hasta el refugio de «La
Viguilla», y desde ahí volverme al pueblo. Pero al llegar allí, me vi
con fuerzas para más. Kliómetros de bosque para mí solo me esperaban para disfrutar el pateo.¿No quería verde? Pues toma verde. A las dos llegué al río Turia. Me tumbé bajo unos olmos a comer y descansar. Corría una agradable brisa fresca y los chopos me daban sombra. Un buen rato.
Aras- La Romerosa 10_02_27
La semana pasada pensé que ya llevaba demasiado tiempo sin ver monte. Así que el viernes por la mañana hice la mochila, y me planté a las 5,30 en la Estación de Autobuses. El autobús salía a las 6,30 para Aras de los Olmos. El viaje duró apenas dos horas y cuarto. Me entretuve escuchando música en mi Ipod (¡Qué gran invento! Hay que ver lo bien que suena). Llegamos ya entrada la noche. Por cierto, soy de autonomía limitada, y el conductor fue tan amable de parar dos minutos en Casinos para que yo pudiera hacer un pis.¡¡Hurra por él!! Me alojé en la Casa Rural de Aras. Encarna, la dueña, estaba esperándome y me acompañó a la casa y me dio la llave. Una vez dentro, deshice la maleta y la mochila, cené, me tomé la medicación y me fui a dormir. Desperté tarde al día siguiente. Fui a hacer algunas compras (entre ellas un bote de una miel de azahar buenísima); y a la una partí hacia la espesura del bosque. Tomé el camino de La Romerosa. Ésta es un refugio libre (o sea, que todo el que quiera puede usarlo para guarecerse allí). MI objetivo era una colina desde la que se divisan todos los valles y montañas hasta aquellas que rodean Valencia. Salía del pueblo y estaba tomando el camino correcto cuando me encontré con Joanma, un buen amigo de cuando yo estaba en la Asociación Valenciana de Astronomía. Nos saludamos y charlamos cinco minutos, para después empezar la ruta.
Los dos primeros kilómetros transcurrían entre campos de almendros y trigo. Algunos almendros ya estaban en flor. Era una gozada verlos así.
Acampada en el Penyagolosa
Queridos amigos:
El pasado fin de semana estuve acampadado a los pies del Peñagolosa.
Pepe pasó a por mí en cuanto salió del trabajo el viernes por la
tarde. No había tenido tiempo de hacer la mochila, así que después de
recogerme fuimos a su casa y a casa de su novia a por los trastos de
acampada. El Peñagolosa está en Castellón. Entre unas cosas y otras
nos plantamos allí a la una de la noche. Montar la tienda, cenar,
esperar a que hiciera efecto la medicación, otra hora. Me dormí sobre
las dos y media. Me desperté a las diez y media: ocho horas escasas de
sueño, cuando estoy acostumbrado a dormir más de diez. Desayuné, leí
un rato y a eso de las doce me acerqué con tiento a la tienda:
Pepe..pepe…oye…Sin respuesta. Pepe estaba roque. Decidí dejarle
dormir. Media hora más tarde: Pepe…pepe…Se oyó un Grrrr..El
monstruo empezaba a despertarse.