2012-07-13 al 16 Una aventura de las de verdad en Aras de los Olmos
Después del examen de Inglés (que aprobé) y lo mucho que había estudiado, necesitaba un descanso. Me fui cuatro días a la casa rural de Encarna en Aras de los Olmos. Llegué un viernes , y me volví un lunes.
El primer día de pateo por el monte fue suave. Subí a La Travina (50 minutos de ascensión) para ver la puesta de sol. La pena fue que no había nubes, con lo que la puesta de sol no fue tan espectacular como otras veces.
Os voy a mostrar algunas fotos de la ascensión a La Travina.
Abajo podéis ver una enorme tela de araña.
Cincuenta minutos después de salir del pueblo llegué arriba. Las vistas estaban regular, porque había mucha bruma; con lo que no había mucha visibilidad.
Me volví al pueblo con las últimas luces del atardecer.
Al día siguiente decidí hacer el camino opuesto; esto es, subir a La Ermita. Decidí subir por la Senda de la Santa (en lugar de por la carretera). Este camino ya lo había hecho otras veces. Pero, a pesar de ello, me perdí nada más empezarlo.
Pues eso, que me perdí nada más empezar. Seguí caminando esperando encontrar las indicaciones de PR. Pero al cabo de unos minutos no aparecían. Cuando me quise dar cuenta, estaba escalando con pies y manos. No podía desandar el camino hecho. Bajar por donde había subido era imposible. Ansín que perdido estaba. ¿Qué podía hacer? Seguir subiendo, mientras no me saliera una pared imposible de ascender. No estaba nervioso, pero sí preocupado. Como podéis ver en la foto de arriba, estaba más cerca del parque eólico de arriba de La Muela que de desandar el camino. Seguí subiendo, esperando encontrar el camino que hay entre La Ermita y La Muela.
Como señal de que estaba enmedio del monte, me salió un jabalí (que podéis ver en el centro de la foto). Afortunadamente, salió huyendo de mí. Lo único que vi de él fue el culo (por algo los llaman también «marranos») ¡Qué pena no tener mejor teleobjetivo!
Poco después del jabalí, me salió al paso un peassso lagarto. Éste no era una lagartija. Era el lagarto «Juancho». Pero no me dio tiempo a fotografiarlo.
Al cabo de un rato pude fotografiar otra gigantesca tela de araña. Estaba perdido, pero no perdía mi olfato fotográfico.
En la foto de abajo, podéis ver por donde había subido. Si no véis camino, es porque no lo había. Había bosque, zarzas ( que me despellejaron las piernas); pero de camino, nada.
El camino de la Santa es una ascensión de una hora. Llegué finalmente al buen camino…dos horas después…despellejado…cansado…pero llegué. Fui a salir a la altura de La Ermita. Allí paré a comer, y a beber la estupenda agua que sale de la fuente que allí hay.
Descansé un par de horas antes de volver al pueblo. Decidí volver por la carretera. No tenía ganas de volver a La Senda de la Santa. Bajando desde la Ermita hice algunas fotos más, y, luego, guardé la cámara.
Y aquí termina otra aventura de Posete.
Espero que os haya gustado alguna foto.