2009_01_04Acampada en Puebla de San Miguel
Acampada en Puebla de San Miguel
Queridos amigos:
Os voy a relatar una interesante aventura en la montaña.
La verdad es que salimos tarde de Valencia. Nos dio el tiempo justo de
sacar el permiso de acampada en el PROP. LLegamos a media tarde,
después de parar en Chelva en el Bar Conrado (Es un buen sitio para
comerse unos bocatas y unas tapas: os lo recomiendo). LLegar al lugar
de acampada es una pequeña gran odisea. NOs fuimos a «La Puebla de San
MIguel», en el Rincón de Ademuz. La carretera tiene grandes repechos,
pero se puede admirar un paisaje casi lunar de grandes montes. Al
llegar a la zona de acampada, sacamos la tienda, y la dejamos caer y
la tienda se montó sola (estas tiendas de Decanthlon son la leche). A
la hora de cenar, preparé unas patatas a la riojana (nos chupamos los
dedos). El cielo estaba despejado por la noche y pudimos disfrutar un
poco de astronomía con mis prismáticos. LO típico: las Pléyades, las
Hïades, el Doble cúmulo de Perseo, M42, etc…Debimos estar sobre los
cero grados o menos porque se formaron placas de hielo en el coche y
en la tienda.
Al día siguiente amaneció lloviendo (la tienda aguantó toda el agua
como una campeona). Llevábamos la idea de hacer una caminata larga
hasta el PIco Calderón en Jabalambre; pero, decidimos reducirla porque
llovía.
Por el camino al Calderón llovía a 1.600 metros. A 1.700 caía
agua nieve. Y, a partir de ahí, empezó a nevar. ¡Vaya nevada, queridos
amigos! LOs copos de nieve caían grandes y sin pausa. Apenas se veían
los picos de enfrente. La nieve empezó a acumularse. A pesar de la
capelina y el forro polar me mojé un poco. La nieve nos cubría la
capucha de la capelina. LOs caminos se desdibujaban; pero, Pepe, se
orientó perfectamente y salimos de allí después de comer debajo de un
pino.
Llegamos a la zona de acampada, cenamos e hicimos una buena hoguera
(Bueno, fue cosa de Pepe). Una hoguera en el campo es motivo de relax,
tranquilidad, invita a la buena conversación, y, sobre todo, calienta.
Me fui a dormir, y cuando amanecí al día siguiente FLIPÉ EN COLORES.
Todo lo que había fuera de la tienda estaba nevado ¡Vaya preciosidad!
Todo el monte estaba como una postal navideña. El coche tenía una capa
de dos centímetros de nieve.
Desgraciadamente, teníamos que volver a Valencia. Aquí tuvimos un
problema a la hora de desmontar la tienda y guardarla. Fue complicado,
pero Pepe es una máquina. POr cierto, la tienda aguantó como una
javata tres días de agua y nieve. Es una tienda Quechua, que según
Pepe vale unos 20 euros. La inversión vale la pena por si estáis
interesados en adquirir una.
En fin, que nos lo pasamos bomba; nos tiramos bolas de nieve; y
disfrutamos de una de las mejores acampadas de nuestra vida.
Un abrazo.