2016-03-05 Pateo por Los Rubiales con Sandra y Jorge
Hola, lechones.
El Sábado 05 de Marzo salí al monte con mis amigos Sandra y Jorge. El lugar elegido fue Aras de los Olmos. En concreto, la zona de áreas recreativas.
Primero paramos en Domeño. Allí visitamos los restos del pueblo abandonado, y la cascada. También picamos algo.
Jorge se jugó el tipo enmedio del río.
Después de esta parada, fuimos directos a Aras. Avanzamos unos diez kilómetros respecto al pueblo, y llegamos al desvío para bajar a las áreas recreativas en el río. Dejamos el coche en el desvío. Y nos pusimos a patear. Abajo podéis ver el inicio del pateo. Desde el desvío al río es prácticamente todo cuesta abajo.
El camino es una estupendísima pista forestal ancha, en buenas condiciones y sin posibilidad de pérdida. Llegamos al desvío a La Fuente de la Araña. Decidimos pasar de largo, y continuar hasta Los Rubiales. A la vuelta, visitamos La Fuente de la Araña.
Como podéis ver, el camino estaba rodeado de frondoso bosque de pinos.
Después de una hora exacta de pateo, llegamos al área recreativa de Los Rubiales. Paramos a descansar cinco minutos allí. Es un sitio bonito y tranquilo. El aire corre entre las copas de los árboles. Y, mientras, nosotros descansamos en las mesas.
Los Arces está a doscientos metros de Los Rubiales. Son cabañas preparadas para recibir campamentos. Como curiosidad, digo que los grifos tenían agua.
Un poco más adelante está el Mirador de Los Rubiales. Es un sitio privilegiado para ver el Río Turia desde arriba. Aparece abajo entre las copas de los árboles.
Podéis ver el río abajo tirando de zoom tele.
Las vistas desde el mirador son estupendas.
Sandra encontró una piña pequeñita.
Y llegamos a Los Mangranos. De común acuerdo, decidimos comer allí. Podíamos haber visitado La Cocinilla, pero lo dejamos para otro día.
Los Mangranos es un sitio hermoso para parar a comer. Hay una fuente, pero no es potable.
Allí hay una cabaña. Como curiosidad, deciros que tenía la puerta abierta y leña preparada para hacer una hoguera.
En las fotos, se puede ver que la cabaña está preparada para recibir gente.
Comimos y descansamos media horita. Después nos volvimos a por el coche.
Dado el extraño invierno que ha hecho, los almendros ya estaban en flor.
Ya de vuelta, pasamos por el desvío a La Fuente de la Araña, y ahora sí decidimos visitarla. Hay una fuente, y un refugio.
Saliendo de la Fuente de la Araña, empezó a llover. Yo llevaba mi capelina, y no me mojé. Pero Sandra y Jorge no iban impermeabilizados. Me empecé a preocupar porque la cosa pintaba fea. Pero a los cinco minutos escampó.
Entonces empezó un momento mágico. Las nubes recortaban las montañas de enfrente. Los rayos de sol se habrían paso entre las nubes, y los árboles mojados reflejaban la luz. Los tres caminantes nos quedamos extasiados. Paramos de andar, para disfrutar del espectáculo que nos ofrecía la Naturaleza.
No hay fotos del momento mágico porque conforme cayeron las primeras gotas guardé la cámara. Vale una pasta y hay que cuidarla. Necesito que me dure unos años más.
El coche estaba cerca. Fuimos a Aras a por un café. Allí saludé a mis amigos Hilario, Eva, Manolo, Vicente, Angelita y Encarna.
Llegamos a Valencia sanos y salvos, a pesar de algún capullo al volante.
Pasamos un buen día de amistad y monte. Lo hablamos todo: ¿cuándo parar a comer? ¿cuándo parar a descansar? Y no tuvimos ningún roce.
Sé que las cosas pueden estar bien, pero casi nunca son perfectas. Esta excursión fue perfecta.
Un abrazo, y un pincho de tortilla.