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Hola, compañeros.

La noche del Viernes 16 de Marzo de 2018, Ignacio y yo nos acercamos a Higueruelas para hacer observación astronómica.

La cosa empezó en plan aventura. Ignacio vino a buscarme con «Golfo» su coche en plenas fallas. Le costó muchísimo llegar a mi casa. Ahí va una foto de Ignacio y «Golfo» cuando comenzaba nuestra escapada observacional.

Cogimos la carretera, y paramos en La Puerta de la Serranía. Allí sacamos mis cartas estelares, y preparamos la observación. El lugar tiene el horizonte despejado, y pudimos ver Mercurio y Venus inmediatamente después de la puesta de Sol.

Llegamos al lugar de observación. Ignacio montó y colimó su dobson de 10 pulgadas. Y empezó a llover. Tuvimos que desmontar trastos, y meternos dentro del coche. Dejamos pasar los quince minutos de rigor por si despejaba….y despejó!!! Quedó un cielo limpio y claro. La magnitud límite debió andar por la quinta.

El dobson de Ignacio «Powerful» es de 10 pulgadas. Pero tiene una araña que es una castaña. Mi 130mm tiene una araña más resistente. Pero el telescopio se portó.

El buscador está situado de una forma, que es incomodísimo. Hay que tirar de cuello y riñones.

Pero «Powerful» nos dió muchas alegrías. Pudimos ver M42, y M43. Yo no había visto M43. Y pudimos ver el «trapecio» dentro de M42. También vimos M44, M35, M52, M103, M37, M36, M41. Con los prismáticos vimos M45, M44 y las Híades. Son objetos que se disfrutan más con los prismáticos. Mis 7*50 son un buenos compañeros de aventuras.

La temperatura fue cayendo conforme pasaba la noche. Alcanzamos 1 grado centígrado con un 95% de humedad.

Se nos resistieron dos objetos: M51 y M101. Fue una pena, pero no hubo forma de localizarlos. Lo intentamos con insistencia, pero no puedo ser. Quedan pendientes para otra ocasión.

También pudimos ver constelaciones «complicadas» como Cáncer por su débil luminosidad, y Virgo por su tamaño. Las estrellas de Cáncer deben andar por la quinta magnitud. Destaca más M44 que las estrellas de la constelación. Y Virgo solo tiene como estrella brillante a Spica. También tiene estrellas débiles, y es una constelación grande que es difícil de identificar.

A las doce, después de varias horas de disfrute astronómico, plegamos trastos, y nos volvimos a casa.

Paramos en Villar del Arzobispo a tomar un Cola-Cao calentito. Necesitábamos entrar en calor. Hizo frío.

Nos hicimos unas fotos en el local.

Y ya, con esto, nos volvimos a Valencia.

Pasamos un buen rato. Ignacio y yo nos entendemos perfectamente. Buen rollo durante toda la observación.

Hasta la próxima, compañeros.